Busca en este blog

lunes, 29 de julio de 2019

El jugador debe saberse en el juego y estar preparado para jugar


Debe haber sido a finales del pasado milenio, en 1998, cuando con los poetas Alejandro Tarrab y Eugenio Tisselli entré a la Librería El Parnaso, en Coyoacán, que era nuestra librería en otro tiempo en el que la zona podía catalogarse como cultural y no turística, como sucede hoy. Teníamos precupaciones propias de la gente que gusta de aprender y acumular libros, unos buscando novedades y otro más, como yo, aún queriendo beber de fuentes clásicas. Yo recuerdo perfectamente haber entrado en persecución de algún libro de Julio Cortázar y haber visto (con anhelo) una pila de gruesos volúmenes blancos de Toda la Obra de Juan Rulfo en la edición de Archivos, que tuve que dejar pasar por tener un precio inaccesible. Me es difícil pensar en qué buscaban Tarrab y Tisselli, siempre a la vanguardia, pero de lo que sí me acuerdo es que los tres coincidimos en saludar a un personaje que se alojaba en el incómodo hueco triangular que formaba la parte baja de la escalera, lugar usualmente inútil que, sin embargo, era el sitio de trabajo de uno de los mejores libreros que yo haya conocido. Ahí estaba él, diríase que agachado frente a su computadora, como inspirando a un futuro Harry Potter pero entre pilas de libros retractilados y con alguna lectura en la mano. Edgar Krauss era mi compañero en la Escuela Nacional de Antropología y de alguna manera era también conocido de mis dos amigos poetas. Es posible que Tarrab le haya preguntado por algún libro en específico que sólo él hubiera podido encontrar en la estantería, pero creo que lo que sucedió tras ver los textos que íbamos a comprar es que le dieron ganas de hacernos un bien, por lo que nos preguntó “¿ya leyeron Seda, de Baricco?”. La respuesta unánime fue no, y estoy seguro que por dentro los tres nos preguntábamos “¿quién será ese tal Baricco?”. Edgar nos llevó a la mesa de Anagrama, una editorial más o menos recién llegada a México que tenía cierta celebridad por publicar a los iconos de la Beat Generation y por sus infames traducciones repletas de  slang ibérico que lamentablemente se mantienen hasta hoy. Naturalmente no desestimamos la recomendación y nos llevamos a casa por lo menos dos ejemplares de Seda. Yo recuerdo haber quedado perplejo por la capacidad narrativa de Baricco, cuya brevedad y contundencia eran pura poesía. En meses y años siguientes leí también Novecento, City, Océano Mar, Mr. Gwynn, Sin Sangre, Emaús… y me perdí varios más que seguro un día van a llegar. Todo en Baricco era para mi literatura, hasta que en 2018 publicó The Game
El más reciente libro de Alessandro Baricco es, extrañamente (aunque hubo un previo, Los bárbaros) un divertido y reflexivo ensayo sobre tecnología. Uno en el que se pregunta y se responde cosas que hoy pertenecen a la cotidianidad y que confrontan a lector –si no en realidad lo fuerzan– con los miedos de este nuevo milenio, provocados en buena parte por la velocidad vertiginosa con que se generan y transmiten actualmente los acontecimientos, nuestra capacidad mediática de “saber” lo que sucede en el mundo y la imperiosa instantaneidad que la vida moderna nos impone. ¿Nos la impone, realmente? ¿somos acaso víctimas de un imparable streaming, de mareas que somos incapaces de controlar o evitar? ¿somos basura flotante en el océano mediático o capitanes de navío, capaces y conscientes? ¿se nos impuso una tecnología invasiva y los cambios que se han operado en nuestro concepto de humanidad son consecuencia del accionar de una mente maestra, o fue nuestra necesidad de escapar de un mundo limitado y lineal lo que dio pie al nacimiento y ejercicio de lo tecnológico hipertextual, multidimensional en el que hoy nos movemos como peces en el mar?
Las anteriores son preguntas que se han hecho, mucho antes que Baricco, estudiosos de las ciencias computacionales, sociólogos, filósofos y empresarios de nivel mundial, por lo que quizás no representan una gran novedad. El acierto de Baricco es presentar a los neófitos esas ideas desde la visión de un escritor por medio de una versión literaria (de repente odiosamente didáctica) y sacudidora de lo que nos está sucediendo como especie en estos albores del siglo XXI. ¿De qué mundo o versión del mundo –impuesta, claro– querían escapar quienes sentaron las bases teóricas de internet, de la aldea global, de la intertexualidad y el derrumbe de las fronteras (Berners-Lee, McLuhan, Eco y Augé)? ¿estaban estos visionarios conscientes de los escenarios que provocarían sus ocurrencias, o sólo estaban hartos de lo que veían e hicieron lo que creyeron conveniente, como gente de su tiempo? ¿Y por qué sus ideas revolucionarias, tachadas en un principio de anárquicas, fuera de lugar y peligrosas hoy constituyen nuestra más viva realidad en la copia digital del mundo que hemos ayudado a construir en las últimas décadas (con Gates, Jobs, Bezos, Zuckerberg y Page)?
Y la pregunta final… ¿Hacia dónde se dirige esta humanidad aumentada, inmersa ya en este juego que se ha planteado tras las recientes revoluciones mental y tecnológica?. Eso es para Baricco The Game, algo para lo que más vale estar preparados y conscientes.
Aún con la espantosa traducción de Anagrama, no te lo pierdas.
Baricco, Alessandro (2018). The Game, España: Anagrama.
-->

No hay comentarios.:

Publicar un comentario